Ejercicio físico podría reducir riesgo de padecer cáncer de mama
Resumen
Una sola sesión de ejercicio reduce hasta en un 30% el crecimiento de células cancerosas en sobrevivientes de cáncer de mama, gracias a las mioquinas liberadas por los músculos. El hallazgo subraya la importancia del ejercicio como intervención terapéutica.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Un equipo de la Universidad Edith Cowan en Australia reveló que incluso una sola sesión de ejercicio físico puede reducir en un 30% el crecimiento de células cancerosas en sobrevivientes de cáncer de mama. El hallazgo refuerza la idea de que la actividad física no solo mejora la calidad de vida, sino que también actúa como una intervención terapéutica directa en la oncología.
Una sesión, un impacto medible
El estudio, liderado por el investigador Francesco Bettariga, reclutó a 32 mujeres que habían superado el cáncer de mama. Se dividieron en dos grupos: uno realizó una rutina de resistencia y el otro una de intervalos de alta intensidad.
Se tomaron muestras de sangre antes y después del ejercicio, y los análisis mostraron incrementos de entre 9% y 47% en proteínas llamadas mioquinas, conocidas por sus propiedades anticancerígenas. En pruebas de laboratorio, la sangre obtenida tras el entrenamiento logró frenar entre un 20% y un 30% el crecimiento de células tumorales, con resultados más pronunciados en el grupo de alta intensidad.
Mioquinas: los “mensajeros” contra el cáncer
Las mioquinas son proteínas liberadas por los músculos durante la contracción. Según Bettariga, estas moléculas no solo favorecen la reparación de tejidos y la formación de nuevas células, sino que también inhiben la proliferación tumoral y refuerzan el sistema inmunológico.
“Con este hallazgo, el ejercicio deja de ser visto únicamente como una medida de apoyo: se convierte en un verdadero tratamiento, con evidencia robusta de seguridad y eficacia”, destacó el investigador, aunque insistió en la necesidad de estudiar los efectos a largo plazo.
Más allá del cáncer de mama
Los beneficios del ejercicio no se limitan a este tipo de cáncer. El ensayo internacional CHALLENGE, realizado en Canadá y Reino Unido con 889 pacientes con cáncer de colon, demostró que quienes siguieron un programa estructurado de ejercicio aeróbico durante tres años tuvieron un 37% menos riesgo de muerte y un 28% menos de recurrencia tumoral en comparación con el grupo de control.
Estos resultados consolidan la evidencia de que la actividad física debe integrarse de forma sistemática en la atención oncológica, como ocurre con otros tratamientos médicos.
Recomendaciones para pacientes
Los especialistas sugieren realizar tres a cuatro sesiones semanales de ejercicio moderado, como caminatas de 45 a 60 minutos, ciclismo o natación. Subrayan, además, que las dietas restrictivas sin ejercicio no aportan los mismos beneficios, ya que no estimulan la producción de mioquinas ni ayudan a preservar la masa muscular.
La conclusión es clara: el ejercicio no es solo prevención, sino una herramienta clínica de primer orden para reducir la recurrencia del cáncer y aumentar la supervivencia.