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Del pilar invisible de nuestra sociedad

Resumen

La civilización occidental se basa en valores transmitidos por el cristianismo. Moral y justicia provienen de principios que nos acompañan por siglos. Las religiones no obstaculizan la modernidad, son la base sobre la que floreció.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Edgar Muñoz
Del pilar invisible de nuestra sociedad

Por: Edgar Julián Muñoz González

Hoy en día, el mundo occidental se enreda en discusiones vacías que nos tienen al borde de un enfrentamiento bélico. Frente a ese panorama, no puedo dejar de pensar en cómo nuestra sociedad ha ido perdiendo de vista sus orígenes, olvidando de dónde viene y en qué principios se construyó.

 

Son tiempos en los que muchos prefieren reducir al cristianismo a una simple superstición del pasado. Yo, entre mi círculo de amigos, escucho con frecuencia que la religión es un invento para controlar masas, que la Iglesia solo busca enriquecerse o que las creencias son innecesarias porque “la ciencia ya lo explica todo”. Y, sin embargo, gran parte de lo que hoy llamamos civilización se sostiene sobre los valores transmitidos por esas enseñanzas. Es demasiado evidente para negarlo.

 

No se trata de discutir teología ni de convencer a nadie de una fe en particular. Es de reconocer que nuestros códigos morales, leyes, nociones de justicia y dignidad humana no nacieron de la nada. El “no matarás”, “no robarás”, “respeta a tus padres”, “no desearás la mujer del prójimo”, son principios que nos han acompañado durante siglos en un inconsciente colectivo que entiende que comportarse de otra manera es inadecuado. ¿Quién puede negar que esos mandamientos, más allá de lo religioso, han servido de cimientos para organizar la vida en sociedad? Solo un terco.

 

Quienes descalifican a las religiones suelen presentarse como espíritus libres, dueños de un pensamiento más avanzado. Pero olvidan que la cultura que les permite expresarse libremente fue forjada por esos valores que hoy desdeñan.

 

Por supuesto, tampoco es de idealizar. La historia del cristianismo tiene luces y sombras, y negar los abusos es tan ingenuo como refutar su legado. Pero es igualmente pobre reducir toda su influencia a los errores humanos de instituciones y jerarcas. El núcleo de sus enseñanzas, la dignidad de la persona, la solidaridad, la compasión, la justicia, es lo que ha delineado la cultura occidental. Nos guste o no.

 

El debate apenas debería centrarse en si creemos en Dios, sino en si somos capaces de reconocer qué fundamentos sostienen la convivencia que hoy damos por sentada. Las religiones de ninguna manera son un obstáculo para la modernidad; al contrario, son el suelo sobre el cual pudo florecer.

 

Ahora bien, el problema aparece cuando llevamos estas discusiones al terreno actual. Nos vamos a los debates sobre género, y otros temas que, si bien son respetables, se presentan como enemigos de las tradiciones.  El asesinato del Charlie Kirk es un ejemplo. Lo odiaban por mantenerse en una posición que ha sido la misma durante décadas. Y lo mataron porque no quiso cambiar su manera de pensar.

 

Pues lo lógico es precisamente no estar comiendo cuento con cada moda que aparece. Y ahora que cancelan a Jimmy Kimmel Live por estar en contra de Trump, seguimos alimentando el circulo de la discordia para llenarlo cada vez mas de odio. Aunque yo solamente veo una cosa cierta, y es que la tradición es más grande que la revolución, así quieran mostrarlo de otra forma.

 

Quizás sea hora de dejar de mirar con desprecio lo que nos ha dado forma. Esa libertad para creerse hombre o mujer, o grillo, yo qué sé, ese respeto por decidir viene de allí mismo. Está muy metido y así no les guste a muchos, es tolerante con esos comportamientos atípicos.

 

Una sociedad que desconoce sus soportes termina cayéndose, así como un árbol sin raíces, tarde o temprano, se derrumba. Creo que muchos entendemos la agenda del progresismo de izquierda. Los que veo que no la entienden son ellos, y por eso tratan de citar la Biblia, pero hacen el ridículo. Progresar no es borrar las bases: es construir mejor sobre ellas.

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