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Cuando el mercado le cree al país, y nada al Palacio

Resumen

Colombia sigue adelante gracias al esfuerzo de su gente a pesar de los desafíos impuestos por su gobierno, con un mercado que le cree al país, no al Palacio.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Edgar Muñoz
Cuando el mercado le cree al país, y nada al Palacio

Esta semana, varios bancos internacionales compraron bonos colombianos por debajo de su valor nominal. Eso ni por accidente le pasa a un país al borde del colapso. Hay que decirlo. Ocurre cuando los mercados ven que, pese al gobierno, el país funciona. No es una jugada ideológica ni un aplauso. Es una señal de que Colombia aguanta sola.

No fue gracias a Petro. Fue a pesar de él. Porque mientras el gobierno hablaba de transformación, el país real siguió trabajando. Y lo hizo con muchos obstáculos y nada de apoyo. Impuestos encima, inflación alta, gasolina cara, inseguridad en aumento. Todo en contra.

Colombia resistió porque hay gente que no se detuvo. Que jamás esperó subsidios ni decretos. Que siguió moviendo empresas, empleando, exportando, vendiendo, produciendo. Y, con menos competencia, muchos crecieron más. Porque una parte de la nación se quedó esperando el “cambio” e hizo poco en este tiempo. Ahí está la diferencia.

El gobierno paralizó a mucha gente. Le vendió la idea del regalo. De que todo iba a llegar por ser pobre o por estar del lado correcto de la historia. Pero nada llegó. Solo más trabas. Más burocracia. Más improvisación. Más podredumbre. Lo que no se destruyó, se estancó.

Este gobierno en ningún caso niveló. Acomodó. Nombró sin criterio, protegió a los suyos, frenó sectores clave. Salud, educación, seguridad, todo lo tocó para peor. El Icetex más caro, la salud sin dirección, el campo más abandonado, la violencia fuera de control.

Y sin embargo, el país aguantó. No porque Petro supiera gobernar, sino porque millones de compatriotas ya no dependen de él. Rara vez le creen, no lo necesitan. Hacen lo que tienen que hacer, con o sin Estado. Eso nunca es virtud del gobierno, es prueba de que el país es más fuerte que quienes lo dirigen.

Pero hay límites. Sin seguridad, en absoluto hay inversión seria. Las regiones están cada vez más solas. El control territorial lo tiene quien quiere, no quien debe. La llamada “paz total” no existe. Mientras eso siga así, apenas habrá crecimiento parejo. Solo aguante.

Petro no solo quiso perjudicar a quienes se opusieron a él. Mal que bien, sabían que le iba a quedar grande por los antecedentes capitalinos. Le falló sobre todo a los que sí le creyeron. A los que esperaban algo distinto. Y terminó favoreciendo a los que menos lo necesitaban. El resto, los dejó en el mismo lugar o peor.

Hoy, el país difícilmente se mueve porque lo empujen. Se mueve porque es la única opción y porque ya entendió que, si se queda esperando, se margina. Colombia funciona sola; cuando la molestan menos, avanza mejor. Da igual si un presidente es de izquierda o de derecha. La ideología da lo mismo. Importa es que no estorbe.

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por Edgar Muñoz

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