Corrupción
Resumen
La corrupción en Colombia es una enfermedad contagiosa con múltiples formas, desde coimas y sobornos hasta la financiación ilegal de campañas. Ha impactado gobiernos, justicia y sociedad, y continúa dejando cicatrices profundas en el país.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Jaime Galvis Vergara
La corrupción se parece mucho a una enfermedad contagiosa, el que resulta infectado, queda marcado y su contacto con otras personas puede trasmitir el contagio. En general, el que participa en la partija de un chanchullo, queda matriculado en forma vitalicia con la banda de corruptos y esta clase de mafias tiende a tener tentáculos en diversas ramas del poder.
En el ambiente de la corrupción, hay varias modalidades, en este aspecto, la imaginación en Colombia ha sido prolífica. ¡ojalá fuera tan productiva en cuestiones de ciencias, arte o tecnología!
En su mínima expresión la corrupción se manifiesta en las coimas para permitir o acelerar un trámite, las multas injustas por nimiedades; los pequeños chantajes en despachos y oficinas de Gobierno y los sobornos a oficinistas oficiales.
La gran corrupción comienza por cuantiosos contratos del Estado, de esto hay muy buenos ejemplos recientes. Otro aspecto muy nocivo es el saqueo directo de los bienes del Estado, esto se ha practicado y se practica con relativa frecuencia. Una corruptela casi cíclica es la financiación de campañas políticas con dineros mal habidos y con sobornos esto ha producido solios presidenciales y muchas curules. El Poder Judicial no ha estado ausente del ámbito de la corrupción, por algo surgió la denominación de “Cartel de la Toga”.
Las familias de algunos mandatarios no han estado ausentes de varias corruptelas. Las estrechas relaciones de algunos jefes de estado con las mafias y con las bandas de forajidos son bien conocidas.
La corrupción ha tenido temporadas de intensa actividad, entre 1982 y 1986 en un mandato bastante equívoco, el Mandatario de turno impidió que unos narcotraficantes de alto vuelo fueran extraditados de España, donde fueron capturados, a Norteamérica. Ese mismo Jefe de Estado, con su alcahuetería, permitió a los bandoleros de las FARC ingresar a la Amazonia. Su caótico mandato culminó con la hecatombe del Palacio de Justicia.
En el período comprendido entre 1994 y 1998, estalló uno de los escándalos más sonados en la historia de Colombia, el proceso 8.000. El Jefe de Estado de ese período, fue acusado de recibir dineros de narcotraficantes del Cartel de Cali para su campaña.
En ese episodio, el País se enteró de la infiltración de la mafia en la política, aparecieron numerosos políticos involucrados, el Mandatario emprendió toda clase de piruetas legales y políticas, sin embargo, no pudo convencer a la ciudadanía de su inocencia.
En dos períodos presidenciales entre 2010 y 2018 se presentó una situación sui géneris, un candidato con un electorado prestado llega a la Presidencia. Hay acusaciones de haber recibido financiación ilegal de una compañía extrajera, contratista del Estado. Sin embargo, maniobró su reelección apoyada por la misma compañía.
Negoció un Tratado de Paz con las FARC que constituye un monumento a la impunidad, diez forajidos llegan al Congreso sin votos. Aunque el Tratado de paz fue negado en un plebiscito, fue impuesto porque en el fondo, la negociación fue una patraña para obtener un premio Nobel de Paz.
En el año 2022, se presentó una campaña presidencial, caótica y agresiva que logró el acceso al poder a pesar de sus múltiples irregularidades. Comenzó una administración en la cual los escándalos se tornaron el pan de cada día. El desorden gubernamental permitió que la corrupción llegara a niveles increíbles, el despilfarro de altos funcionarios y de miembros de la familia presidencial no tuvo límites.
En medio de ese pandemónium, se nota que el Jefe del Estado no está en sus cabales, sus actuaciones indican demencia o un consumo excesivo de sustancias psicotrópicas. En diversos niveles de la administración pública pululan personajes cuya hoja de vida puede ser un prontuario y en las arenas movedizas de este Gobierno, están haciendo su agosto.