Conocimiento de las regiones para afianzar la modernización del país
Resumen
La modernización de Colombia requiere un enfoque regionalista que potencie las oportunidades locales, con estrategias en agroindustria, manufactura, turismo y construcción. Resolver factores críticos es crucial para el desarrollo económico y social.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En una anterior nota editorial manifestamos que la persona que quiera ser Presidente de Colombia debe conocer a fondo la problemática de las regiones para así diseñar un proyecto de Gobierno enfocado en los territorios y con desapego al centralismo.
Esta premisa tiene sustento debido a que el país necesita una estrategia regionalista, urgente, para concentrar recursos y decisiones en las vocaciones productivas de los territorios para así transformar oportunidades en desarrollo tangible.
Una alianza de empresarios y actores nacionales presentó una agenda clara con cuatro apuestas productivas, cinco factores críticos por resolver y una lista concreta de infraestructuras prioritarias.
Esa propuesta debe servir como base de la discusión pública y de las políticas de gobierno, dado que el centralismo limita la capacidad de las regiones para crear empleo, cerrar brechas y aprovechar ventajas competitivas, además de encarar y terminar obras de infraestructura.
La primera apuesta consiste en consolidar la agroindustria en las altillanuras como motor de producción sostenible, con lo cual se permita un mercado interno constante y así poder sustituir varias importaciones.
Para esto se tienen que establecer incentivos fiscales, crear fondos de crédito a largo plazo y organizar plantas de procesamiento industrial cercanas a los cultivos, factor primordial para elevar el valor agregado y abrir mercados internacionales.
La segunda apuesta buscaría posicionar plataformas de manufactura integradas a la estrategia de trasladar procesos de negocio o producción a países geográficamente cercanos a la sede principal de la empresa, por medio de zonas logísticas, formación técnica especializada y acuerdos de facilitación comercial que reduzcan costos, canales y tiempos de exportación.
La tercera apuesta proyecta al turismo en ventaja competitiva mediante estándares de calidad, conectividad y productos de alto valor. La cuarta apuesta articula el sector de la construcción con soluciones para la demanda global de servicios y vivienda de una población que envejece.
Avanzar en esas apuestas exige resolver cinco factores críticos. Primero, estabilizar el sistema de salud con metas territoriales, auditoría de resultados y modernización de redes hospitalarias.
Segundo, restaurar condiciones de seguridad en las regiones con presencia institucional sostenida, inteligencia focalizada y programas de sustitución económica.
Tercero, recuperar la capacidad del sector minero-energético para garantizar suministro y financiamiento social, con estándares ambientales rigurosos y mecanismos de compensación local. Cuarto, ordenar las finanzas públicas mediante reformas que prioricen la inversión productiva y la equidad.
Quinto, crear oportunidades reales para jóvenes profesionales, ojalá recién egresados y con salarios justos, a los cuales se les debe garantizar educación permanente de calidad, formación técnica y enlaces directos con la demanda laboral regional.
Las obras por aportes privados constituyen una herramienta eficiente para llegar a zonas apartadas, pero este mecanismo requiere reglas claras, portales de transparencia y evaluaciones independientes.
Priorizar proyectos les permitirá conectar nodos productivos como corredores logísticos, rehabilitación de vías, terrestres y fluviales, expansión ferroviaria y trenes de cercanías y crear fondos regionales con participación público-privada para facilitar la financiación.