“Comer bien para sanar”: la esperanza de cientos de niños con cáncer en Colombia
Resumen
En Colombia, más de 8.400 niños con cáncer enfrentan retos nutricionales durante el tratamiento. La Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma destaca la importancia de incluir el soporte nutricional para mejorar su calidad de vida.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En Colombia, más de 8.400 niños enfrentan el cáncer como una realidad cotidiana, según datos recientes de la Cuenta de Alto Costo. En este complejo escenario, la nutrición adecuada ha demostrado ser mucho más que un complemento: es una herramienta fundamental en la recuperación y calidad de vida de los menores.
Por ello, la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma y la Alianza Alimentación con Propósito han reiterado la importancia de incluir el acompañamiento nutricional como parte del tratamiento integral de los pacientes pediátricos con cáncer.
Los tratamientos oncológicos como la quimioterapia y la radioterapia, si bien son esenciales para combatir la enfermedad, suelen provocar efectos adversos que interfieren directamente con la alimentación: pérdida de apetito, náuseas, alteraciones en el gusto y problemas en la absorción de nutrientes. Estas condiciones elevan el riesgo de malnutrición, que puede afectar hasta al 80 % de los niños diagnosticados con cáncer.
"La atención del cáncer va mucho más allá del tratamiento médico. Desde la Fundación creemos que una atención integral que contemple el acompañamiento nutricional en todas las fases es un eje fundamental para que los niños y sus cuidadores tengan más herramientas para afrontar la enfermedad y mejorar su calidad de vida", expresó Yolima Méndez, presidenta de la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma.
Uno de los pilares estratégicos para contrarrestar los efectos de la malnutrición es el uso de Alimentos con Propósitos Médicos Especiales (APMES), los cuales son formulados y prescritos por profesionales tras una evaluación individual. Estos productos están diseñados para cubrir necesidades nutricionales concretas en niños cuyo organismo ha visto comprometida su capacidad de ingerir, digerir o absorber nutrientes esenciales.
Además, el tamizaje nutricional se convierte en una herramienta diagnóstica temprana. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este procedimiento debe realizarse al momento del diagnóstico y de manera periódica durante el tratamiento, permitiendo identificar riesgos nutricionales y aplicar intervenciones oportunas.
El acompañamiento a los cuidadores también es un componente clave. A través de estrategias sencillas, se puede fortalecer el estado nutricional del menor y, con ello, su respuesta física y emocional al tratamiento. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
- Establecer horarios regulares de alimentación en un ambiente tranquilo, sin distracciones, e involucrar al niño en la preparación de alimentos para que la experiencia sea más positiva.
- Aumentar el consumo de proteínas, frutas y verduras, asegurando una dieta balanceada adaptada a las necesidades del niño.
- Ofrecer comidas pequeñas y frecuentes, especialmente en casos de náuseas o fatiga.
- Controlar regularmente el peso y la talla para detectar signos tempranos de desnutrición.
- Estar atentos a señales como pérdida de masa muscular, debilidad, piel seca o caída del cabello, y reportarlas al equipo médico.
- Consultar con profesionales si se observan cambios drásticos en el apetito o en la aceptación de alimentos.