Colombia llora la conducta de un gobierno CRIMINAL

Las alianzas de este gobierno criminal, que se convirtió en aliado de las disidencias de las FARC y de la chusma de bandidos de alias ‘Calarcá’, que infiltraron a la fuerza pública, a través de altos oficiales de las fuerzas militares con el pretexto de crear unas ‘empresas de seguridad’ para seguir matando líderes sociales en las zonzas cocaleras del país, muestran el horror del aparato de guerra que ha invadido cinco departamentos y otras regiones de la frontera colombo-venezolana, donde el presidente de la República Gustavo Petro Urrego aparece comprometido con el denominado ‘Cartel de los Soles’, al que pertenecen también Nicolás Maduro Moros y Diosdado Cabello Rondón, todos ellos incluidos en la denominada ‘Lista Clinton’.
Increíble que en el Consejo Superior de la Universidad de Antioquia sea otro criminal el representante del presidente de la república, un delincuente de la denominada ’Primera Línea’ que convirtió a la institución universitaria en una guarida de delincuentes, que han causado enorme daño a la nación. La alianza con guerrilleros de las disidencias de las FARC ha provocado un escándalo internacional.
La infiltración de narcoguerrilleros en las instituciones universitarias y en las fuerzas militares, muestra la radiografía de un gobierno criminal, que desde la frontera colombo-venezolana hasta la región del Catatumbo, ha entregado a la subversión y el terrorismo representada por alias ‘Calarcá’ a uno de los peores bandidos que haya sido escogido por el presidente Petro, como uno de sus mejores amigos y un ‘Gestor de Paz’.
Dan ganas de llorar, al contemplar el estado de postración de este bello país que cayó en manos de la peor delincuencia del mundo, donde se requiere la destitución del presidente de la República y de varios de sus ministros, que son los principales aliados de los bandidos que han asesinado a miles de lideres sociales en Colombia y con los cuales el presidente de la república sigue teniendo relaciones criminales
muy cercanas, como las que rodearon el asesinato del candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, asesinato preparado en el centro poblado de Danta, en
la vecina república del Ecuador.
Increíble que en la Constitución Nacional de 1991 se dejaron terribles vacíos jurídicos que les han servido a los bandidos de las disidencias de las FARC, para adueñarse del país en las zonas cocaleras de Colombia. Que mal ejemplo para las nuevas generaciones que, hasta un ‘General de la República’ de apellido Huertas, sea el mayor títere de la subversión en Colombia y haya sido reintegrado al cargo por el propio presidente de la República, para que sigan sacando a los oficiales de alta graduación que le hacen estorbo al régimen comunista y terrorista que padece Colombia.