Colombia es un país que tiene identificados 25.000 terroristas

La prensa nacional e internacional ha llamado la atención del mundo, por la guerra desatada en Colombia, que está financiada por las organizaciones criminales del narcotráfico y por la minería ilegal. Venezuela, que era una potencia económica latinoamericana, amenaza con una guerra total, luego de expulsar de su país a nueve millones de migrantes, que andan por el mundo como el ‘Judío Errante’, reclamando la protección de la Comunidad Económica Europea y de los gobiernos democráticos de Estados Unidos y Canadá. 

Hace mucho tiempo perdieron la libertad las dictaduras de Cuba, Nicaragua y finalmente Venezuela, que ha venido recibiendo apoyo militar de Rusia, en busca de una confrontación bélica con los Estados Unidos, que puede convertirse en la Tercera Guerra Mundial. “El Cartel de los Soles’, del que son accionistas los venezolanos Nicolàs Maduro Moros y Diosdado Cabello Rondòn, llevando de arrastre a altos miembros de la Guardia Nacional Venezolana y de su ministerio de Defensa, ha logrado comprometer al presidente de Colombia, Gustavo Petro en uno de los mas peligrosos vecinos que pueda tener el continente americano.

En Venezuela cerraron los periódicos, las emisoras y los canales regionales de televisión, que eran la salvaguardia de la democracia y acabaron con la propiedad privada, porque los comunistas son como los protozoarios, que todo lo tocan y todo lo corrompen. Crearon las milicias venezolanas al servicio del régimen comunista, que se ha encargado de exterminar a millares de personas que jamás habían compartido su falsa imagen ‘revolucionaria’. Se robaron las instalaciones del diario ‘El Universal’ de Caracas, que era el periódico más importante de Venezuela y acabaron con la riqueza petrolera que ahora está hipotecada al gobierno de Vladimir Putin, que es el eterno mandatario de la antigua ‘Unión Soviética’. 

Los integrantes de la dictadura venezolana se constituyeron en una poderosa mafia que patrocina el narcotráfico y que le ha dado residencia a las guerrillas colombianas del autodenominado ‘Ejército de Liberación Nacional’, que manejan concesiones mineras de oro y coltán en la zona fronteriza con la república del Brasil y con Colombia, muy cerca de la recta Apoporis Tabatinga, que los divide en la cuenca hidrográfica del Rìo Amazonas. Las narcoguerrillas criminales de las antiguas FARC, comandadas por alias ‘Calarcà’ y por alias ‘Ivàn Mordisco’ compartieron territorio hasta el momento en que ‘Mordisco’ y sus secuaces pretendían crear una nueva jurisdicción territorial con los departamentos del Cauca, Nariño, Putumayo, Vaupès y Vichada.

El presidente Gustavo Petro, que mantuvo y mantiene enormes simpatías con las disidencias de las guerrillas de las FARC, ha querido legalizar los cultivos ilícitos en las zonas de frontera con Ecuador, Perú y con la región amazónica, pretendiendo crear un conflicto internacional, para tratar de distraer a la opinión pública. Según las estadísticas, Colombia tiene veinticinco mil narcoguerrilleros ejerciendo el usufructo de los cultivos de coca y amapola en estos departamentos del sur de Colombia, donde padecen las consecuencias de una guerra civil que está secuestrando y matando niños para la guerra.