Buenos para criticar un encargo, mientras se callan con el ISABU
Resumen
El alcalde encargado de Bucaramanga es criticado, mientras la corrupción en el ISABU pasa desapercibida. Malas gestiones y nóminas paralelas llevan a la entidad a la quiebra, evidenciando la falta de ética de políticos locales.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
No deja de ser irónico ver a algunos políticos atacando al alcalde encargado de Bucaramanga, Eduard Jesús Sánchez Ariza. Y es irónico, porque esos mismos personajes son los que han guardado silencio frente a los graves señalamientos de corrupción al interior de las diferentes entidades del municipio en los últimos años, donde fichas políticas que han estado a su propio servicio son los cerebros de las operaciones criminales.
Un buen ejemplo de eso es que les duele más la decisión administrativa tomada por el gobernador Juvenal Díaz, que lo que sucede en el Instituto de Salud de Bucaramanga a cargo de Hernán Darío Zarate Ortegón. Meses atrás denuncié el contrato de la instalación de dos ascensores en el Hospital del Norte, donde le entregaron la interventoría a una empresa de fachada, de propiedad de Marcela Carvajal Pedraza, una psicóloga contratista del Instituto de Vivienda que curiosamente trabaja en el municipio de Santa Barbara, donde también labora Carlos Hernando Corzo Rey, el falso abogado que el ex alcalde Miguel Ángel Moreno tuvo a su servicio en Floridablanca sin tener títulos ni tarjeta profesional; el mismo que hoy se pasea por las oficinas de Bomberos de Bucaramanga ayudando a crear empresas falsas -como siempre lo ha hecho- para que personajes oscuros se ganen contratos millonarios en las entidades públicas.
A raíz de esa denuncia, despidieron al abogado Giovanny Humberto Durán Romero, quien, de la mano con el hoy imputado por acoso sexual, Julio César González García, convirtieron al Banco Inmobiliario de Floridablanca en una de las entidades con más señalamientos de corrupción en Santander. Cualquiera pensaría que esa decisión fue sabia, pero el descaro no tiene límites, porque ahora el señor Durán trabaja en la Secretaría de Infraestructura en la alcaldía de Bucaramanga. Eso sí no lo ven los honorables senadores y los exdirigentes parapolíticos que hoy, con el mayor de los cinismos, nos vienen a dar clases de gobierno y ética pública, cuando no se las han dado ni a sus propios hijos.
El señor Zarate tiene hoy en quiebra al ISABU gracias a una nómina paralela de decenas de personas que nadie ve, a contratos con excesivos sobrecostos, al pago de miles de horas de servicios profesionales por parte de cooperativas que nadie audita y a la desaparición de los dineros entregados por el Ministerio de Salud para la operación de los equipos básicos de salud. A esta entidad, el médico Germán Gómez Lizarazo la entregó con superávit y el señor Zárate la está llevando a los días oscuros de la ineficiencia y la politiquería.
Son unos sinvergüenzas los que hoy critican la decisión del Gobernador por no dejar en el cargo a alguien del resorte del exalcalde Beltrán, porque pareciera que lo único que les gusta es que se nombren ladrones en los cargos públicos. Este es el momento de mostrarle a los bumangueses la grave situación financiera de una entidad como el ISABU y hacer los cambios necesarios para su rescate.