300 FPV
Resumen
La expresión 'a la de Dios' usada en Colombia no implica azar, sino confianza en lo divino. Obedecer la palabra de Dios es más valioso que promesas, pues el creador dejó un manual para vivir según sus mandamientos, no a nuestra manera.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En días pasados, llegada la noche y en un programa de televisión colombiana, uno de los participantes del concurso de cocina Masterchef, al ver que su preparación no estaba quedando como deseaba, momentos antes de finalizar la prueba, manifestó, que dejaría su plato, a la de Dios.
Por: Cesar Gordillo*
Quizás, muchos de nosotros hemos empleado la misma expresión, desconociendo que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).
A la de Dios, es una frase que usualmente empleamos los colombianos para indicar que no queda más remedio o que esa es mi última opción, como si las cosas de Dios fuesen azarosas o fruto de la improvisación.
La de Dios, siempre será la mejor opción, aunque no sea la más rápida o fácil. Escoger la de Dios, demanda obediencia a su palabra: Como saber cual es la de Dios, si no conocemos lo que dice el manual del fabricante (biblia). Seguimos escuchando personas decir, como dice la biblia: “Ayúdate que yo de ayudaré”, pues bien, no hay versículo que cite algo así. La situación se repite igualmente en el derecho, cuando escucho personas que indican: Hay una ley que dice…. y quizás la ley, ni existe. Es hora de empezar a orar y rezar menos y a obedecer más, pues cualquier padre desea que su hijo prometa menos y obedezca más.
Si partimos de la base de que todo lo creado, tiene un creador, este último ha plasmado en el manual de instrucciones de cómo se debe encender y apagar el electrodoméstico, de qué manera debe ser usado, a que no se debe exponer, entre otras cosas. Pero si no revisas el manual, seguramente tendrás el riesgo de que el equipo se dañe antes de tiempo o se produzca una situación que lo lleve a fallar.
De igual forma, vivir creyendo en Dios a mi manera, es desconocer que el creador dejó un manual, no para que vivas y creas a tu manera, sino a la manera de Dios.
Obedecer vale más que el sacrificio (1 Samuel 15:22), lo cual implica que Dios no desea tus penitencias, promesas o pactos, pues lo que realmente quiere, es que lo ames y si lo hacemos, es porque cumplimos sus mandamientos (Juan 14:15).
¿Si Jesús fue obediente con su padre (Filipenses 2:8), porque nosotros no hemos de serlo?
No suelo recomendar lo que no he probado o vivido y aunque obedecer no es fácil, especialmente en una sociedad que nos llama a la desobediencia como una supuesta cualidad; he podido desde mi profesión de abogado constatar, que las bendiciones llegan, cuando obedezco: Bendito serás en la ciudad…bendito serás en el hogar y bendito en el camino. (Deuteronomio 28:2-6).
*Abogado, conferencista y representante legal de Abogados con Propósitos SAS.